martes, 23 de diciembre de 2014

Quienes enriquecen la vida temen por su futuro.

Escritores, cantantes, pintores... personas que de una manera u otra nos ayudan a seguir adelante, nos dan un pequeño impulso. La música, el arte, los libros, nos ayudan en momentos tristes, momentos decisivos en los que no encontramos una salida. Pero también nos hacen recordar, revivir momentos que pensamos que los teníamos olvidados.
¿Os imagináis un mundo sin libros, canciones, sin arte? Parece que sólo los que quieren ser de mayores profesores o médicos, se les sonríe, sus padres se enorgullecen de ellos. Pero cuando les digo a mis padres que quiero ser escritora o periodista, me dicen que busque otro oficio, que sólo unos pocos son quienes lo logran ¿pero como voy a buscar algo que me llene tanto? Mi meta no es ser millonaria, ni rica, simplemente una persona que gana el dinero que gana una persona normal pero cuando vaya a mi trabajo vaya con una sonrisa porque me gusta lo que haga, porque en un futuro no quiero sacarme una carrera de derecho y pasarme el resto de mis días con la cabeza gacha porque no me guste lo que hago. Las profesiones te ayudan a ganar dinero para vivir, eso estaba claro, pero...¿no puedes disfrutar ejerciéndolas?
Sólo quiero decir si a alguien le pasa lo que a mi que si sólo unos pocos lo consiguen ¿por qué nosotros no vamos a pertenecer a ese grupo? ¿acaso no se nos dice desde pequeños que nadie es mejor que nadie? Yo lucharé por alcanzar mi sueño, y si no lo consigo, al menos me llevaré la satisfacción de haberlo intentado.

domingo, 31 de agosto de 2014

Feliz cumpleaños

Hay que darse cuenta de que cada año somo trescientos sesenta y cinco días más viejos.
De que con cada vela que apagamos se van recuerdos inolvidables, esos que te hacen tener una sonrisa y de otros en los que probablemente se te caiga una lágrima.
Y parece que no, pero nos hacemos mayores y nos damos cuenta de que madurar no es sólo cosa de frutas. Que con cada año abrimos un poco más los ojos y empezamos a tener en cuenta el mundo que nos rodea. Nos acercamos a ser adultos y dejamos de ser adolescentes locos con ansias de fiesta. Porque los años pasan y aunque las clases sean aburridas y parezcan una eternidad, cuando realmente te quieres dar cuenta, un año ha pasado y aunque crees que todo sigue igual, que la rutina no ha cambiado y que el mundo sigue de la misma manera que estuve ayer, piensa que te engañas a ti mismo.
Las cosas cambian sin darnos cuenta, a una velocidad que ni la luz puede adelantar.

Este texto lo escribí el día de mi cumpeaños, y aunque ya haya pasado algo más de un mes desde que lo escribí me apetecía subirlo. Espero que os haya gustado.