Estoy sentada
Han pasado los días y recuerdo lo efímero que es el tiempo
Pero volamos juntos
Sin aún vestir de luto
Ya que todavía no ha llegado el fin
Y nuestros destinos se han dado la vuelta
En esa línea recta en la que a veces cruzamos en diagonal
Para volvernos a encontrar
Para beber de un mismo vaso
Que es inquebrantable
A menos que uno se atreva a tocarlo
Para convertirlo en polvo
Y estoy segura que si mirase a tus ojos detenidamente podría descifrar tu alma
A menos que tu parpadeo me apartase de esa mirada gélida que a veces oso fijar en tus pupilas
Pero hay escarcha en todo mi cuerpo
Y sigo congelada aunque la calefacción esté a veinte grados en una casa que no es mi hogar
Supongo que a veces el hielo no se derrite aplicándole calor
Sino instantes
De esos en los que te mueres por quedarte algo más
Por vivir ahí
En esa secuencia de miradas y fruncimientos de ceño
En esas risas en las que te mueres a carcajadas
Y resucitas con el sentido del tacto ajeno
Al final somos,
individualmente
Pájaros privados de su libertad
Que se atreven a volar unos instantes hasta alcanzar los barrotes de esa improvisada jaula
Sólo por la sensación de sentirnos libres
Sin serlo
Sólo son ideas, pensamientos, más bien palabras que quedan en el aire y que alguien los recoge y los pone por escrito. Nos transportan durante unos pocos minutos a lo que parece un nuevo mundo. Bienvenidos a mi blog. Pd: tengo twitter--- @empty_of_ideas Gracias por leerme.
lunes, 26 de diciembre de 2016
"Los pájaros nacidos en jaula creen que volar es una enfermedad."
sábado, 24 de diciembre de 2016
Las caras de la navidad
Navidad,
Ojalá poder ser ave migratoria que pudiera volar a la otra parte de la parte del planeta.
Divisar las dos caras de la moneda.
Monedas,
Dinero,
Navidad,
el periodo más consumista a mis ojos.
La compra de regalos irrelevantes para satisfacer necesidades inexistentes con las que crees que te demuestran algo de cariño,
o no,
quizás no sea por eso.
Navidad,
familia,
Como reunirte en una mesa con las personas que llamas familia aunque a veces actúas por cortesía. Sin nombrar temas políticos, de fútbol o religión para no armar disputa.
De algunos de los presentes no recuerdas ni sus nombres, y a veces la incomodidad puede presidir la mesa,
o no.
Son situaciones inexplicables, sentimientos inefables.
Veo luces que decoran un árbol al final del pasillo,
brillan,
centellean.
Escucho villancicos que en su mayoría nombran a un dios que no creo pero que sostiene la fe de mi abuela.
Perdón si este texto no aspira a lo que esperaban leer. Sólo es el pensamiento de alguien más que se consume en el tiempo, como tantos otros que ya lo hicieron.
Navidad,
pérdidas.
Te echo de menos a ti que sigues con vida y a los que se fueron, dejando no sólo un sitio vacío en el comedor sino también interno.
Ojalá recordar por siempre el tacto de tus manos sobre mis mejillas en tiempos de guerras internas.
A veces, la navidad, es ese periodo del año en el que mayores mentiras alcanzas a decir.
Que has sido bueno cuando no.
Que llamaste, cuando ni te atreviste a coger el teléfono.
Que les echaste de menos, cuando ni se te pasó por la cabeza pensar en ellas o ellos.
Es un periodo tan efímero, en ocasiones tan sumamente falso.
Pero viendo el otro lado de la moneda, la que nunca tendrá un valor monetario.
Y lo digo porque justamente en este periodo he visto el materialismo con mis ojos.
Doy gracias a la navidad por poder reunirme con los míos.
Por ver a mi abuela brindar entre lágrimas por estar sentados en esa conocida mesa otro año tachado en el calendario.
Siempre se me caerá una lágrima por verla así, la poseedora de la cara más tierna que mis ojos alcanzarán a ver jamás.
El verdadero regalo de esta época.
A mi abuelo, por no terminarse nunca las uvas al finalizar las campanadas y decirle que no hay prisa, el año avanza con o sin esas uvas. Calma, el tiempo pasa por si sólo. A veces demasiado rápido. Y qué bonito es ver su pelo del color nieve en una cabeza tan impredecible como es la suya.
Por estar unidos una vez más a pesar de todas las ideas revolucionarias que se me pasan por la cabeza.
Por quererme así radical, "perroflauta" o soñadora.
Por darme cuenta de quiénes son y cómo son ellos a mis ojos.
Las personas más importantes de mi vida.
Por ser esos familiares constantes, mi mayor regalo. Por el que estaré infinitamente agradecida. Que no se vende en ninguna tienda, ni es objeto reemplazable o material.
Son ellos, con los que puedo desnudar mi alma, compartir los días de subidas y bajadas. Pero sobretodo esos en los que no crees que nada te pueda salir bien.
Salir a la calle con mi tío a tirar petardos que hagan retumbar la calle y sentirme eufórica, no por el ruido sino por todos los problemas que pueda a llegar a tener una persona y ver como una sonrisa ilumina su cara.
La de todos ellos,
todos nosotros,
otro año más,
una navidad más.
martes, 13 de diciembre de 2016
00:04
sábado, 3 de diciembre de 2016
"Te quiero libre es un pleonasmo."
lunes, 21 de noviembre de 2016
Efímeros
Llegó el invierno,
y con el (como consecuencia que todo acto acompaña),
aquel puto frío que tan poco ansiábamos.
Se atreve a calarnos los huesos sin ningún reparo.
Nos hace temblar,
y tu aún inmóvil.
Con la cabeza gacha de quien no sabe que decir,
aunque nos encerremos en tu coche con la calefacción a tope
y la música resonando en cada rincón.
Para solucionar dudas,
las incógnitas que quedaron sin resolver
y nos envolvemos en otras que bañan de sudor nuestros cuerpos.
Con caricias que dejaron marcas en la piel,
fundirnos en un abrazo después de arder.
Nuestra llama se apagó.
En el presente sólo somos cenizas,
con pasaporte en mano hacia un rumbo incierto.
Quizás,
cerillas con cartel "se busca" a una chipa que nos vuelva a encender.
Somos dos putos efímeros,
que se consumen en el tiempo
no sin antes auto destruirse a ellos mismos.
viernes, 7 de octubre de 2016
filosofía
sábado, 20 de agosto de 2016
"Quiero fundirme en tu fuego, como si fuese de cera."
Y aquí me hallo, gritándole al silencio una vez más que necesito tu presencia.
Hoy, a día 20 de agosto, me encuentro sola en una habitación.
Que ya no estás tu para recorrer aquel eterno pasillo donde antaño le atravesabamos en un suspiro.
Arrancándonos las prendas a su paso,
despojandonos de ellas ansiosos,
el único obstáculo a la vista que separaba nuestras pieles.
Como si nuestro instinto animal estuviera aporreando desesperádamente la puerta porque se siente hambriento,
que quiere devorarnos,
queremos devorarnos.
Y perdernos en nuestro paraíso particular,
haciendo un breve inciso en la necesidad de fundirnos,
de perdernos...
Mientras en el suelo yacen mi tanga empapada fruto del desenfreno,
del calentón,
quienes tus manos son las culpables de que en ocasiones pierda la razón.
Que compleja es esta paradoja entre el sexo y el amor.
Tócame,
aunque sea en lo más bajo de mi ser.
Muérdeme,
sólo tu sabes como hacerme perder.
Innundame,
de deseos que arden a quemarropa.
Tus manos que recorren mi cuerpo.
Yo ya no se si estoy en lo más alto, el clímax.
La felicidad que todos ansiamos se encuentra no muy lejos de unos cuantos orgasmos.
Que ya ni siquiera soy consciente de si he de enroscarme en tu cintura o estar encima de tu cuerpo.
Se me nubla la mente.
Tengo ganas de ti,
fóllame,
no tenemos todo el tiempo que quisiéramos.
Se me marchitan las manos si no siento el roce de tu cuerpo,
tu piel sobre la mía.
Estoy a punto de arder,
quemémonos juntos.
Quiero gritar de placer,
enloquecerme.
Nombrando innumerables veces ese "dios" del que ninguno tenemos fe.
Gimiendo,
mostrando la parte más salvaje de nosotros mismos.
Ya no logro discernir entre la realidad y esa tórrida fantasía que se apodera de mi.
viernes, 15 de julio de 2016
Yo, que muero cada día
jueves, 26 de mayo de 2016
Desde dentro y lejos
Y juega a juegos que no deberían serlo.
Y se proclama reina aunque sea del mismísimo infierno.
Ha metido la pata aún estando coja.
Nadie la ha visto desnuda, pero sí sin ropa.
Nadie nunca ha sabido como introducirse en su interior.
Cerrada.
Baila como una loca haciéndonos entrar a todos en tal estado de cordura con tan sólo mirar sus caderas.
Ha dicho palabras que la han hecho enmudecer.
Ha dicho cosas sin abrir la boca.
Sus ojos...
Ríe, ríe a carcajadas pero nada le hace gracia.
Se siente sola aún rodeada de gente.
Dice que nadie le comprende.
Ha escuchado palabras aún pretendiendo estar sorda.
Nadie nunca ha probado a leer su mente.
Ha follado tanto que aún sigo pensando que es virgen.
Dicen,
de lo complicadas que pueden llegar a ser las personas, el problema es que aquí todos desistimos ante las dificultades y nadie se molesta en intentarlo.